Por Salvador Domìnguez
En los primeros años sesenta del siglo XX, un fenómeno empezó a gestarse en determinados barrios periféricos; el de las bandas o pandillas juveniles, formadas a imagen y semejanza a las de la famosa película West Side story (Robert Wise y Jerome Robbins, 1961).
La ocupación de estas zonas de extrarradio había comenzado en los años de la posguerra, debido a la falta de trabajo y el hambre en los pueblos, que trajo un aluvión humano a Madrid. En 1957 la prensa madrileña señalaba, con grave preocupación, cómo diariamente llegaban a la capital cerca de 3000 personas en busca de trabajo, lo que generó un impresionante aumento de los asentamientos de barracas y chabolas en el extrarradio urbano.
Buscando solventar dicho problema, el Gobierno publicó un Decreto que impedía la entrada en Madrid de aquellas personas que no contasen con domicilio a la llegada, obligándolas a regresar a sus lugares de origen. También se dictaron normas de vigilancia para controlar la aparición de asentamientos clandestinos. Así se aplicó el llamado Plan de Urgencia Social de Madrid, con la creación de los "poblados de absorción" y el derribo del núcleo chabolista de Jaime el Conquistador, en Legazpi, realojando a sus moradores en las viviendas del nuevo barrio de San Fermín.
Chabolas de Jaime el Conquistador, 1957
Foto: Juan Miguel Pando Barrero
Los protagonistas de este relato eran chavales de clase obrera, inadaptados, amantes del baile y del exceso, que necesitaban explotar de alguna manera, no solo haciendo desaparecer Bultacos y Montesas ajenas. Aterrorizaron determinadas salas de baile, las cuales controlaban y en las que ningún miembro de otra banda era bien recibido si se atrevía a entrar. En su vida había más sentimiento que ideología, si bien ese sentimiento se fue transformando en ideología, más entre aquellos que los contemplaban que entre ellos mismos, aunque estuviesen moviendo y agitando el mundo sin saberlo, como se comprobaría poco después.
En tanto su fama no trascendió más allá de su entorno, las Autoridades franquistas no les hicieron mucho caso, pero cuando los rotativos comenzaron a hablar de ellos, amplificando y exagerando sus "fechorías", entonces la cosa cambió. La pacata e hipócrita sociedad de aquella época, llena de prejuicios tontos y fácilmente manipulable, empezó a inquietarse, y el asunto llegó a ser trending topic durante todo 1966 y buena parte de 1967.
Prueba de ello son estas palabras del popular locutor de radio Pepe Palau, dirigidas al joven público asistente al Festival de Conjuntos celebrado en el Palacio de Deportes de Madrid, en 1966: "Ahora, cuando vengan Los Brincos, os pido que no os mováis de vuestros sitios. Pensad que si armáis mucho alboroto no tendréis más festivales y, cuando termine todo, os vais tranquilamente a vuestras casas."
En descargo de estas bandas juveniles hay que decir que su comportamiento nunca llegó a alcanzar el grado de violencia registrado durante los años de la "Transición" (1976-1983), ni mucho menos. Aquellos chicos eran lo que eran porque lo tenían interiorizado. Su entorno social invitaba a ello: Vallecas, Palomeras, San Blas, Canillas, La China, Legazpi, Caño Roto. Por regla general, en sus reyertas particulares no se veían pistolas ni brillaban las hojas de las navajas, pero sí que algún que otro puño de hierro...
Colaboradora natural de la policìa era la red de serenos que vigilaban las calles de Madrid por las noches, dando parte de quien entraba, quièn salìa, a què hora y en què estado llegaba a su domicilio. Estos vigilantes urbanos, cuya presencia era fundamental a partir de las 10 de la noche, cuando para entrar en tu vivienda era necesario que te abrieran el portal, llevaban un manojo de llaves sujetas a una cadena en la cintura y un chuzo, o palo de madera, a modo de autodefensa. Si querìas que el hombre abriera tu portal, tenìas que dar fuertes palmadas y gritar ¡Sereno! Entonces, èl respondìa ¡Va! y daba un golpe en el suelo con el chuzo. La mayorìa eran gallegos, o asturianos ... Yo siempre les dejaba una buena propina, especialmente en las frìas noches de invierno ...
(Foto: Teodoro Naranjo Domìnguez, ABC)
En Madrid hubo numerosas bandas, o pandillas, como Los Dean, de Vallecas, o Los Nazis, de Cuatro Caminos, quienes lucían hebillas con cruces gamadas compradas en el Rastro. A continuación recogemos unas declaraciones, no exentas de cándido gracejo, de uno de sus supuestos miembros, de 19 años, de nombre José Antonio, publicadas -sin firma- en la revista Discóbolo a comienzos de 1967:
(...) "La mayoría de Los Nazis son hijos de militares, pues en esa zona hay muchas residencias de oficiales. Suelen reunirse mucho en el bar Tormes, en la calle de Bravo Murillo. Su jefe es hijo de un teniente coronel, y todos los domingos le coge la pistola y sale a pasearse con ella. Los demás le tienen bastante miedo. Todos ellos se dedican principalmente a ligar francesas en la Plaza de Santa Ana y robarles el monedero.
Glorieta de Cuatro Caminos. Madrid, 1958.
(Foto: Santos Yubero)
(Foto: Santos Yubero)
Calle de Bravo Murillo. Boca del Metro de Tetuán. Madrid
"Otra cosa que hacen es robar los libros de las chicas en los bailes, y luego los venden en "La Casa de la Troya", en "La Felipa" o a cualquier librero. No suelen desaprovechar nada del contenido de un bolso o una cartera de colegio. Por ejemplo, los carnés de identidad son también fuente de otras pesetillas. Los falsifican cambiándoles la foto y la fecha de nacimiento y, luego, los venden por cinco duros a otras chicas para que puedan entrar en los bailes."
"Otro personaje de la banda es "El Cordobés. Se dedica principalmente a atraer con guiños y monerías a los maricas que encuentra. Él es un hombre fuerte, alto, simpático. Los pobres afeminados se creen al comienzo de una nueva "aventura", hasta que él los mete en el lavabo de caballeros, les propina una soberana paliza y les roba la cartera y el reloj. También lo hacían los de la banda del "Parral", sólo que éstos les robaban también las camisas y otras prendas de vestir."
Cine Barceló.
(Foto: Archivo Regional Comunidad de Madrid)
"No tenemos chicas fijas, sólo dos o tres. Suelen encontrarse con nosotros en el club Caravelle (frente al mercado, en los bajos del teatro Barceló). Algunas de ellas son más valientes y decididas que los chicos. El otro día hubo una que me invitó a grifa. Me llevó a un bar que no sé cómo se llama. No son muy caros los cigarrillos. Los pasa la señora que vende tabaco y cerillas a la puerta. Es la grifa que fuman los legionarios, que se trae de África. La "morfina" de los pobres ..."
En un ejemplar anterior de Discóbolo, el incógnito entrevistador conversó con otro chaval, Manuel Jesús, supuesto componente de la banda del "Parral", un conocido club de juventud ubicado por el área de Ciudad Lineal. Mas que transcribir dicho artículo, creo que es más interesante revisar las contestaciones que la popular revista juvenil recibió al respecto:
"Las respuestas a los dos primeros artículos de nuestra serie han sido muy rápidas y vivísimas. Los compañeros de Manuel Jesús, de su misma pandilla del "Parral", han sido poco benevolentes con él.
Han acudido a nosotros y han asegurado que Manuel Jesús -"Manolo el loco", como le llaman ellos-, nos ha mentido en no pocas cosas. En todo caso, se trata de exageraciones o mentiras parciales, quizá. Totales, nos dicen ellos respecto a algunos puntos. La indignación de los del "Parral se basa en los siguientes puntos: éstos no son una banda juvenil, sino una pandilla de amigos, nos insisten. Es falso que las chicas de su pandilla se dediquen a la prostitución (el periodista aclara: "no hemos dicho tal cosa, que se dediquen todas"). Hay solamente un caso, las demás son unas chicas formales, sumamente femeninas e inteligentes. Ha habido casos de matrimonios entre chicos y chicas del "Parral" y ellos son los más indignados ante tales manifestaciones." (...)
Han acudido a nosotros y han asegurado que Manuel Jesús -"Manolo el loco", como le llaman ellos-, nos ha mentido en no pocas cosas. En todo caso, se trata de exageraciones o mentiras parciales, quizá. Totales, nos dicen ellos respecto a algunos puntos. La indignación de los del "Parral se basa en los siguientes puntos: éstos no son una banda juvenil, sino una pandilla de amigos, nos insisten. Es falso que las chicas de su pandilla se dediquen a la prostitución (el periodista aclara: "no hemos dicho tal cosa, que se dediquen todas"). Hay solamente un caso, las demás son unas chicas formales, sumamente femeninas e inteligentes. Ha habido casos de matrimonios entre chicos y chicas del "Parral" y ellos son los más indignados ante tales manifestaciones." (...)
El tranvía 37 cubría el trayecto Atocha / Usera.
A comienzos de los años 1960, fue sustituido por un moderno
trolebús, que llegaba hasta la Plaza Elíptica
El periodista, literato, músico y humorista madrileño Moncho Alpuente (1949-2015), retrata aquel exótico fenómeno urbanita: " (...) Los gamberros españoles hubieran querido entrar en la peligrosa danza armada de los "Jets" y los "Sharks", las dos bandas rivales de la mítica West side story, epígonos neoyorquinos de "Montescos" y "Capuletos", o transmutarse en "rockers" o "mods", subdivisiones de los "teddy-boys" británicos, protagonistas entre otros desmanes de la campal batalla de Brighton en el año 1964."
Moncho Alpuente
(Foto: Diario El País, 2007)
"En Madrid, a mediados de los años sesenta, la misteriosa banda suburbial de "Los ojos negros", de la que todos hablaban y a la que casi nadie había visto en acción, ocupaba el primer puesto de la lista de chicos malos, admirados y temidos por los adolescentes urbanos que glosaban, con más imaginación que datos, sus presuntas hazañas en los recreos escolares. Cualquier informe policial de la época hubiera concluido que en la capital no existían bandas organizadas y su conclusión hubiera sido razonable, lo que existían eran pandillas ... " (Extracto del artículo "Río Revuelto", Moncho Alpuente. El País, 31 de enero de 2007)
Sus líderes eran Ángel Luis Telo Ronda, a quién la prensa retrató años más tarde, en 1968, como veterano del grupo (entonces tenía veinticuatro años), en un enfrentamiento en el que acabó herido de bala, y Mariano Revilla, un chaval muy conflictivo y casado con una gitana. Entre los miembros de Los Ojos Negros existía una jerarquía.
El grupo carecía de ideología. Casi todos vivían alrededor del Paseo de la Delicias, donde solían quedar en los desaparecidos billares América, y o por la zona de Marcelo Usera. Sus principales enemigos eran otras pandillas que controlaban barrios como Orcasitas, donde imperaba la ley impuesta por una pandilla llamada Rana Verde. Los enfrentamientos se producían por dominar el territorio. Amantes del baile y el exceso, aterrorizaron ciertas salas, como Maracaná, que controlaron durante un tiempo y donde ningún miembro de otra banda podía acudir a bailar.
Estética más o menos común: Pelo largo, botines de alto tacón, adornados con cascabeles, pantalones acampanados -con calaveras de plata incrustadas en el bajo-, camisas caras -generalmente de color negro-, gafas de sol, muñequeras, y otro tipo de herrajes, como los cinturones alicatados con monedas de dos reales, ideales para atizar a los rivales, y manoplas de hierro con púas.
Calle de Marcelo Usera, 1965.
* ORCASITAS: ES UN ÁREA COMPRENDIDA, DE ESTE A OESTE, ENTRE LAS CARRETERAS NACIONALES DE ANDALUCÍA Y TOLEDO, LIMITADA AL NORTE POR LA CORNISA DE USERA Y EL POBLADO DE ALMENDRALES, Y POR EL SUR POR LAS NAVES INDUSTRIALES DE LA FACTORÍA CHRYSLER-BARREIROS Y LA CIUDAD DE LOS ÁNGELES. ESTABA OCUPADA POR VIVIENDAS DE ASENTAMIENTO ESPONTÁNEO, SIN PLANIFICAR, ILEGALES EN SUS ORÍGENES Y DE UNA CALIDAD DE CONSTRUCCIÓN GENERALMENTE MUY BAJA.
Poblado Dirigido de Orcasitas. Madrid.
"Cuando Los Silver tocábamos en Torremolinos venía con nosotros Ángel Luis, el jefe de los Ojos Negros. Él nos defendía de la gente que por la calle se metía con nuestras melenas, y con nuestros trajes y botines hechos a la medida en Málaga. El piropo más bonito que oíamos era el de: ¡Maricones! Entonces Ángel Luis se volvía y les volaba los dientes de una hostia ... " (Félix Arribas, baterista de Los Silver´s, Pekenikes, Banana y Félix Arribas Band).
Juan Díaz, Félix Arribas, Ángel Luis, Ricky Martín y Jaime Palafox.
Grotto Club. Pasaje Pizarro, Torremolinos, 1964.
(Foto: Archivo de Félix Arribas)
El grueso de esta banda vivía por la zona del mercado de Legazpi y el Paseo de la Delicias, en donde solían quedar en los billares que había junto al cine América, para luego marcarse unos bailes en el club del mismo nombre, en los sótanos del cine. Además, allí llegaron a tocar grupos importantes. Hacia finales de 1965 se presentaron Los Bravos, con temas cantados en español: La moto y otras composiciones de Manolo Díaz, meses antes del bombazo internacional de Black is black
Cine América. Paseo de las Delicias. Madrid
Otro habitat favorito suyo era el Club Los Boys, en Marcelo Usera, donde casi siempre había peleas, Fue en Los Boys donde un desafortunado grupo alcoyano: Los Dayson logró su primer contrato en Madrid, -finalmente, tuvieron que regresar a su tierra- con su flamante cantante Camilo Blanes, antes de que este se uniera a Los Botines en 1966.
Los Dayson. Madrid, 1965.
Camilo Blanes a la izquierda de la imagen.
(Foto: Archivo de Emilio Llacer)
(...) "En medio de nuestra actuación, se acercó un tipo completamente vestido de negro, adornado con cadenas y herrajes de todo tipo, pelo largo, muñequera, gafas oscuras, que era el líder de la banda de "Los Ojos Negros. (...) Aquella banda estrafalaria y suburbial estaba formada por una docena de bailones formidables, trabajadores duros y entusiastas del rock and roll.
Iban armados de cadenas de motos, cuchillos y resultaban realmente peligrosos. Así que eran los verdaderos dueños de "Los Boys". Sin embargo, gracias a su admiración por nosotros, se convirtieron enseguida en nuestros protectores. Sus chicas eran también nuestras chicas. Fueron a ver al dueño del local. -Nos van Los Dayson. ¡Contrátalos! -Pero tengo muchos compromisos... -¡Contrátalos! Son los mejores. -Bueno, sí. -Pues eso. -De acuerdo, de acuerdo. Actuarán un par de veces al mes. Nos pagaban una miseria, apenas para costearnos el Metro y la cena, pero nos sentíamos felices."
(Biografías y Memorias, Camilo, por Camilo Blanes. Plaza y Janés 1985)
El 10 de diciembre de 1968, el diario ABC se hacía eco de la siguiente noticia:
"HERIDO DE UN TIRO EN CIRCUNSTANCIAS EXTRAÑAS"
"Un individuo identificado como Ángel Luis Telo Ronda, de unos 24 años y domiciliado en Madrid, resultó herido por arma de fuego en condiciones que no se han podido determinar con exactitud. El hecho ocurrió en la calle de Londres, a la salida de un club (era el Carnaby Street, un club de alterne) donde el herido promovió un gran escándalo.
Aunque la Policía no ha facilitado información sobre el suceso, según nuestros informes parece que se trata de un delincuente habitual, posiblemente el cabecilla de la banda de "Los Ojos Negros". Parece ser que, al ser requerido por la Policía -a las cuatro de la madrugada-, intentó sacar un arma. Se oyó un disparo y Ángel Luis recibió una bala que atravesó su cadera y se alojó en el vientre. Tras recibir los primeros auxilios en la casa de socorro de Ventas, fue trasladado al Equipo Quirúrgico de la calle Montesa, en donde se le intervino quirùrgicamente."
"Ángel Luis no era ningún delincuente. Era un tipo cojonudo. Se dejaba la piel por sus amigos y a mí me lo demostró en muchas ocasiones. Cuando iba con Los Silver´s a Torremolinos la temporada de verano se quedaba conmigo en mi apartamento. Yo le apreciaba mucho ... Cuando entré en Pekenikes, en 1967, dejamos de vernos, porque, claro, estábamos todos los días tocando por toda España y parábamos poco en Madrid. La última vez que lo vi fue en 1971, en la puerta del club JJ (en la plaza del Callao). Apenas pude conversar con él. Le costaba mucho trabajo hablar ... "
(Félix Arribas)
Ángel Luis Telo Ronda falleció en 1985, asesinado a tiros, después de que un par de individuos que nadie pudo identificar dejase tirado su cuerpo frente a la sala de Urgencias del hospital Primero de Octubre. Presentaba cinco orificios de bala y un gran corte por arma blanca. Tenía 40 años y doce detenciones a sus espaldas.
Las salas de juventud de Madrid:
CONSULADO. En la calle de Atocha 38. Abierta a comienzos de los años 60, en los bajos del Cine Consuladp. Desde esa sala se emitió durante muchos años el programa El gran musical, de Tomás Martín Blanco, por Radio Madrid, los domingos a partir de las 12 del mediodía. A esa cadena de salas, propiedad de la familia Reyzábal, pertenecían también el Club Victoria, el Versalles, el Alexandra, el Canciller, el Ducal, el Ciudad Lineal, el Lisboa, el Kursal ..., y alguno más que se pierde en mi memoria.
El cine y la entrada al Club Consulado. Calle de Atocha, Madrid.
IMPERATOR: Inaugurada la Noche de Año Nuevo de 1961 por el empresario y promotor musical Nuño de la Rosa, Imperator estaba situada en el número 59 de la calle Fernández de los Ríos, y tenía una capacidad para unas 900 personas. Fue un sitio importante. Por sus tablas desfilaron grandes figuras nacionales y extranjeras: El Dúo Dinámico, Los Pekenikes, Miguel Ríos, Los Brincos, Raphael, Massiel, Joan Manuel Serrat, Los Canarios, Pop-Tops ..., y figuras internacionales de aquella etapa 1962-69: Rita Pavone, Robert Jeantal, Los 5 Latinos, Vince Taylor, Tom Jones, Los Impala, The Shadows, por citar solo unos cuantos. Fue la primera sala de juventud de los años 1960 en diferenciarse de las salas de fiestas convencionales, por la ausencia de adultos y, todo hay que decirlo, de prostitutas.
En 1958, Nuño habìa inaugurado el prestigioso La Tuna, un local de mùsica de jazz, frecuentado por Gerry Mulligan, en el n 3 de la calle Andrés de la Cuerda.
Asimismo, controlò otras salas; Paraninfo, Fernàndez de los Ríos, 67.
Imperante, Almendrales, 41, Usera,
Ducal, en Santa María de la Cabeza, 12;
Imperante, Almendrales, 41, Usera,
Ducal, en Santa María de la Cabeza, 12;
Ales Club, en la calle Veneras, Metro de Santo Domingo:
Piper /Duque de Sesto, 27 (inaugurada en 1968)
Piper /Duque de Sesto, 27 (inaugurada en 1968)
En Madrid: salas Mónaco (calle Fundadores), Club Principado (Conde de Peñalver, hoy Torrijos) , Club Caravel (bajos del cine Barcelò), El Parnaso (calle Viriato), primer club en plan fino que hubo en Madrid, actuaban los grupos de más renombre, Nica`s (Avenida de Amèrica) propiedad del cineasta Nicholas Ray, Piccadilly (Padre Xifrè), J&J (bajos del cine Palacio de la Prensa), Don Daniel (calle Goya), Stones (calle Villalar), Club 42 (calle Nùñez de Balboa), Club Terpsicore (calle Cartagena, junto a la antigua comisarìa de Chamartìn), Sala Niza (en la calle Cartagena, casi esquina a la Av. de Amèrica).
En la zona de Bravo Murillo se encontraban la famosa Sala Liverpool (calle Comandante Zorita), en Valdeacederas, cerrada por orden gubernativa tras tras un apuñalamiento con resultado de muerte, El Boco (en la calle Navarra), la Sala Carolina (en los bajos del cine Lido), El Huete, Villalidia y el Sorrento (en la Dehesa de la Villa), En casi todos ellos habìa mùsica en directo.
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Otros clubes de baile de las afueras de la ciudad: el Juma, el Milujuma, Los Shadows, todos en la margen derecha de la calle de Alcalá, entre el Metro de Ventas y San Blas; El Parral, Los Claveles, Jardines Eolo (San Blas), màs los que habìa a lo largo de la avenida de Oporto y en Carabanchel bajo, cuyos nombres se me derriten en la memoria.
© del texto: Salvador Domínguez
2020
Salva a parte de ser un músico guitarrista de primerísima fila eres una auténtica enciclopedia conocedor de la historia de la música y costumbres de la década de los 60.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu escrito y por tu libro
Muchas gracias !!!
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ResponderEliminarFantástico, Salva. Un grandísimo relato, reflejo real de aquellos años tan lejanos e interesantes, que forman parte de nuestra memoria y que has reflejado von gran fidelidad en todo lo que cuentas. Enhorabuena. Un abrazo. Luis Navarro
Muchas gracias, Luis
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