Madrid 1957. Llega el Rock & Roll: 

Los Estudiantes

Por Salvador Domínguez


José Barranco (cantante)

Rafa Aracil (guitarra solista)

Luis Arbex (guitarra de ritmo)

José Alberto Gosálvez (contrabajo)

Fernando Arbex (batería)


L. ARBEX, J. BARRANCO, F. ARBEX, R. ARACIL, J.A. GOSALVEZ
PRIMER EP DE LOS ESTUDIANTES, 1960.


Los Estudiantes se formaron en Madrid en 1957, en el Club del Apóstol Santiago, unos campos de tenis y piscinas que pertenecían al colegio del mismo nombre, cuyo propietario era Jaime Lazcano, un antiguo extremo izquierdo del Real Madrid de los años 1930 nacido en Irún. En ese club, situado a la entrada de la Avenida de América, el tenista Manolo Santana dio sus primeros pasos como recogepelotas antes de convertirse en figura de relieve mundial.

En sus comienzos, Los Estudiantes eran simplemente un dúo, formado por Pepe Barranco -equipado con una guitarra acústica con cuerdas de nailon- y Jose Alberto Gosálvez, provisto de un único tambor. Cierta mañana, en una fiesta que organizaban los estudiantes de la Facultad de Medicina, un chaval llamado Rafa Aracil le prestó su guitarra eléctrica a Barranco. Éste, que todavía no estaba acostumbrado a las cuerdas de metal, terminó la actuación con las manos ensangrentadas después de cantar y tocar Blue suede shoes, de Carl Perkins, y Toomuch monkey business, de Chuck Berry. El público, entusiasmado, pidió más, y a Pepe y José Alberto no les quedó más remedio que lanzarse con el Only you, de The Platters. Al concluir la actuación, Pepe le comentó a Rafa Aracil que, si quería, le enseñaba a tocar la guitarra. Se pusieron de acuerdo, e inmediatamente los tres (Barranco, Gosálvez y Aracil) montaron un repertorio basado en temas de Elvis Presley y Gene Vincent and The Blue Caps. De esa guisa nacían Los Estudiantes, la primera y una de las mejores bandas de rock and roll que haya dado España.

“Ensayábamos en casa de mis padres, en la calle Lope de Rueda esquina a Menorca. Luego, conforme fuimos escalando peldaños, en el estudio de la emisora La Voz de Madrid. Nuestras influencias más directas eran Elvis y Ricky Nelson, y, a partir de 1960, The Shadows”. (José Barranco, cantante guitarrista y líder de Los Estudiantes)

Su primera actuación oficial tuvo lugar en el verano de 1958 en la sala El Palmeral, de Campello, en Alicante, rebautizada como El Gallo Rojo durante los años sesenta y setenta, y como Morasol durante los ochenta. Allí estuvieron dos meses tocando todas las noches, cobrando 600 pesetas por show, algo equivalente a 450,76 euros de nuestros días ... No estaba nada mal para empezar. Al volver a Madrid, buscaron un contrabajista, y entró Adolfo Abril, cuyo padre ideó el nombre de Los Cuatro Estudiantes, ya que en todos los sitios en los que actuaban se presentaban como “cuatro amigos estudiantes”, pero Adolfo enseguida les dejó para dedicarse a sus estudios.

A principios de 1959, llegó Fernando Arbex, que tocaba la batería, pasando José Alberto Gosálvez al bajo. Para completar su formación, llamaron a José Luis Palacios, un chaval con una llamativa guitarra en forma de ancla, marca Biok, de fabricación nacional. Al ser cinco, el nombre de Los Cuatro Estudiantes no les encajaba, por lo que desde aquel instante pasaron a denominarse Los Estudiantes.

“A Barranco lo conocí a través de José Alberto Gosálvez. Él salía con Mari Carmen Villaseñor (la famosa ventrílocua) y yo con su hermana. El primer ensayo que hice con Los Estudiantes fue en el dormitorio de Pepe, en casa de sus padres. Me dijeron que cogiera las baquetas, me puse, me senté a tocar, y a los dos o tres minutos de estar tocando, José Barranco, que es un cachondo mental, a José Alberto Gosálvez, que era el batería, le dijo: “Vete a por un café y vuelves”. Entonces me quedé yo tocando y cuando volvió Gosálvez no le quedó más remedio que tocar el bajo.

Mi batería consistía en un tambor del Ejército, pintado de rojo, un bombo casi de circo y un charles (hi-hat) sin pedal. Tenía que usar un diccionario de latín para poder apoyar el pie izquierdo. Antes de eso yo no había tocado en ningún grupo, aunque a los 10 años mi padre me trajo de Estados Unidos una batería de juguete, con la que me acostumbré a hacer ejercicios y cosas por el estilo. También hacía redobles con un par de lápices, pero poco más.

En un principio, lo que realmente nos gustaba era Elvis y todo lo relaccionado con él: Scotty Moore, D.J. Fontana, Bill Black, y The Jordanaires como grupo vocal de acompañamiento. Los Estudiantes solíamos tocar mucho en la SAFA (Colegio la Sagrada Familía). Laurita Valenzuela era la presentadora de aquellos eventos.” (Fernando Arbex, baterista de Los Estudiantes y de Los Brincos)


    FERNANDO Y LUIS ARBEX, PEPE BARRANCO, RAFA ARACIL.


Participaron en muchos programas de radio en directo, como “Boite”, de Ernesto Lacalle, en Radio Intercontinental, o “Cabalgata fin de semana”, en Radio Madrid, e incluso intervinieron en una película titulada Pasa la tuna, con Jose Luis y Su Guitarra, un artista bastante famoso por su tema Mariquilla (1958). Fue por entonces cuando empezó a aflorar su rivalidad con Los Pekenikes. Cada domingo por la mañana competían en los festivales del auditorio del Colegio Calasancio -calle Conde de Peñalver esquina a Don Ramón de la Cruz-, sobre cuyo escenario los dos grupos montaban una especie de duelo, tocando cada uno un tema. Cuando le tocaba el turno a Los Estudiantes, Fernando Arbex se levantaba del sillín de la batería, bajaba de las tablas con sus baquetas, y con ellas seguía golpeando sillas y todo lo que encontrara a su paso. Aquel truco escénico nunca fallaba.

Luego, durante una temporada, Rafa Aracil estuvo fuera del grupo, y su vacante la ocupó Luis Arbex, hermano mayor de Fernando. En 1959, a raíz de una de sus muchas presentaciones en Radio Madrid, les surgió un contrato con el sello Philips, grabando su primer disco, en sistema monoural en una pista, en los estudios que la compañía tenía en el nº 65 del madrileño Paseo de las Delicias, justo enfrente de la boca del metro. Yo, que por entonces contaba 7 años, vivía con mis padres en el 65 bis de la misma calle, en un edificio que recién habían terminado de construir; es decir, los estudios y oficinas de la Philips quedaban al lado de casa. Esa “factoría” Philips era una inmensa mole de hormigón que ocupaba casi una manzana entera y parecía una fábrica futurista de novela de ciencia ficción. Era algo así como un Chernóbil en medio del asfalto madrileño.

 Según cuentan los músicos que allí grababan, como los mismos Estudiantes, Miguel Ríos, Los Relámpagos o Los Sonor, la sala de control y el estudio propiamente dicho tenían unas dimensiones francamente espectaculares. Nunca pude comprobarlo personalmente, porque los porteros no te dejaban entrar.

En aquel primer EP, El rock and roll de Los Estudiantes (Philips, 1960), venían cuatro temas: Ready Teddy, de Elvis; La bamba, de Ritchie Valens; Woo-hoo, de The Rock-a-Teens; y un estudio de guitarra clásica del siglo XII, conocido como Juegos prohibidos, arreglado por Luis Arbex y que ellos mismos retitularon Me enamoré de un ángel. A su favor contaron con el inestimable impulso del disc jockey Ángel Álvarez, que les ofreció amable cobertura en su programa “Caravana musical”. Dos años más tarde, cuando empezaron a programarse los festivales del Circo Price, Los Estudiantes protagonizarían con estruendoso éxito varias de aquellas bullangueras matinales de domingo. Especialmente célebre fue una en la que actuaron junto a The 4 Jets y el twistero Rocky Volcano, el 10 de febrero de 1963.

“En aquella época no había nada. Los amplificadores los teníamos que apuntalar, porque se tenían que poner tan fuerte para que se oyeran que andaban. Caminaban solos. Eran de fabricación española, marca Kustom, y los compramos en Leturiaga (legendaria tienda de instrumentos musicales madrileña). Eran un verdadero desastre.” (José Barranco)

Tras rodar una segunda película, La corista, junto a Marujita Díaz y Espartaco Santoni, se dieron más cambios en el grupo. Volvió Rafa Aracil, entró como segunda guitarra Luis Sartorius, y Luis Arbex pasó a tocar el bajo eléctrico. En 1963, la Philips editó el segundo EP de Los Estudiantes, que contenía It´ll be me, de Jerry Lee Lewis; Guitar tango, de The Shadows, y dos instrumentales escritos por ellos: Una estrella fugaz y Colette. Este empujoncito les permitió hacer numerosas actuaciones de la mano de su mánager, el célebre Francisco Bermúdez, y de paso ganar dinero con el que poder renovar su equipo. 


    LOS ESTUDIANTES, LOS PEKENIKES, LOS RELÀMPAGOS 
Y LOS TELECO,  FESTIVAL EN EL TEATRO MARAVILLAS. MADRID, 1961.
    

Así, en las Navidades de aquel año, tras un viaje de Luis Sartorius a Londres, éste apareció por Madrid con novedosos amplificadores Vox para las guitarras, un equipo Dynacord para la voz, y un Ampeg de bajos que causó auténtico revuelo entre los músicos, por su alta tecnología y excelente sonido. En su búsqueda de equipo le ayudó Hank Marvin, el guitarrista de The Shadows. Para entonces Sartorius ya había entrado a trabajar como director artístico en Philips, dejando de lado el grupo, que continuó adelante como cuarteto. Con el nuevo año grabaron su tercer y último disco, que incluía cuatro temas instrumentales, tres de ellos escritos por Fernando Arbex, que ya comenzaba a destacar como compositor.    


     LUIS ARBEX, FERNANDO ARBEX, RAFA ARACIL, PEPE BARRANCO.


Desgraciadamente, poco antes de la Semana Santa de 1964, moría Luis Arbex mientras cumplía el servicio militar en Torrejón de Ardoz, al caerse de un camión militar estacionado, con tan mala fortuna que se partió el cráneo. Tras varios días en coma, falleció. La tragedia azotó al grupo.

“No podíamos seguir. El vacío de Luis no se podía llenar tan fácilmente y nos separamos. Habíamos abierto brecha en todo, pero nunca tuvimos suerte. Éramos el ejemplo, el mito, los primeros, pero todo había terminado.” (José Barranco)

Como en las leyendas de los primeros rocanroleros estadounidenses -Buddy Holly, The Big Bopper, Ritchie Valens, Eddie Cochran, Johnny Burnette-, parecía existir una maldición que perseguía a los pioneros españoles. Lius Sartorius, que acababa de dejar discos Philips para crear Novola, una división del sello Zafiro destinada a lanzar nuevos grupos y cantantes modernos, perdía la vida en un estúpido accidente en la Puerta de Alcalá. Iba al volante de su Seat 600, derrapó contra el bordillo, y fue a estrellarse contra la única columna que había en los alrededores, falleciendo en el acto. Peor suerte ... imposible.

La muerte de Sartorius fue la gota que colmó el vaso.; ya esta bien de vapuleos, por lo que, tras nueve años de feroces combates en el ring imaginario del rock and roll, no debieron pensárselo mucho a la hora de arrojar la toalla. Pepe buscó entonces refugio en el grupo de su amigo Lucas Sainz, Los Pekenikes; Fernando Arbex estaba a punto de lograr un éxito sensacional con Los Brincos, lanzados por el mismo sello Novola, y Rafa Aracil se dedicaría a circular por distintas agrupaciones madrileñas.

* EL DIRECTOR GENERAL DE DISCOS PHILIPS EN ESPAÑA ERA EL SEÑOR SAMPEDRO. EL DIRECTOR ARTÍSTICO: RICARDO FERNÁNDEZ DE LA TORRE.

* EN 1995, JOSÉ BARRANCO REFORMA LOS ESTUDIANTES CON PACO RUIZ (BAJO, EX SHAKERS, EX MICKY Y LOS TONYS), FERNANDO BERMÚDEZ (BATERÍA, EX JOHNNY TEDESCO, EX SANDRO & THE BLACK COMBO) Y DAVID GWYNN (GUITARRA SOLISTA). EN 2001, MIGUEL MORALES (EX BRINCOS, EX BARRABÁS), ENTRÓ COMO BAJISTA, SUSTITUYENDO AL RECIÉN FALLECIDO PACO RUIZ.

* ÁLVARO ARACIL, HIJO DE RAFA ARACIL, CONTINUÓ LA TRADICCIÓN PATERNA COMO GUITARRISTA DE ROCK.


Esta historia está tomada íntegramente del libro de Salvador Domínguez: 
(Fundación Autor-SGAE, 2002)


© del texto: Salvador Domínguez 
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